También
experimentamos con la flotabilidad
Para
probar la flotabilidad trabajamos con agua y distintos elementos.
Descubrimos que algunos eran más pesados y se hundían y que otros
flotaban.
Trabajando
con plastilina descubrimos que dos trozos de una misma masa, según
su forma podían flotar o hundirse. Este material, en una pelotita, inicialmente se hundía pero luego de varias pruebas logramos darle
distintas formas para que la plastilina flote. Algunas de las
formas en que la plastilina flotaba eran en una especie de empanada
rellena con aire, formando una tapita o en una superficie muy plana y
extensa.
Plastilina con aire en su interior
Platilina en forma de barquito
Plastilina extendida y chatita
EL AGUA Y LA
FLOTACIÓN
Tras esta
experiencia llegamos a la conclusión que no sólo el peso es un
factor para que un objeto flote sino también su forma.
Algunos cuerpos, al
situarlos sobre el agua, se mantienen sin hundirse: decimos que
flotan. Otros cuerpos no flotan, se hunden. Podemos conseguir que
algunos de estos cuerpos que se hunden lleguen a flotar dándoles la
forma adecuada. Es el caso de los barcos que, aunque están
fabricados con hierro (un material muy pesado), son capaces de flotar
debido a la forma que tienen. Lo mismo sucede con los submarinos que
pueden hundirse o subir a la superficie según el contenido de sus enormes tanques.